El verano es mi estación
preferida. El ajetreo y rutinas diarias dan paso a una época de mayor sosiego y
relajación durante las vacaciones. El calor, la playa, el tiempo libre es la
tónica diaria durante esos días. Y, además es la época donde como norma general
tenemos más tiempo para leer.
Debemos acostumbrarnos a
sustituir las pantallas por el papel. Es tiempo de dejar descansar a nuestro
cuerpo de toda la dopamina de la que nos estamos volviendo adictos —si no lo
somos ya—por culpa de la sobreinformación que recibimos a través de nuestros teléfonos móviles,
televisiones, ordenadores, etc…
Las lecturas de verano
deben ser diferentes. Siempre procuro no leer libros pesados, muy técnicos o profundos
o que exijan cierta concentración. Además, me gusta elegir el libro que voy a
empezar a leer en verano con antelación. Para crear esas ganas, esa
incertidumbre.
Los libros de verano
deben ser ágiles y amenos. No deben suponer un esfuerzo mental más allá del de
disfrutar con la historia que tienes entre manos. Debes tener ganas de coger
ese libro entre tus y relajarte. Las novelas y/o biografías son muy
buenas opciones para esta época. Una buena historia siempre lo es.
Por eso, este año, os
quiero recomendar tres libros para leer bajo el sol de la playa, la brisa de la
montaña o simplemente en el sofá de tu casa.
Años Salvajes de William Finnegan
No puedo dejar de recomendar esta magistral autobiografía. Un libro sobre una pasión, el surf, convertida en estilo de vida. Una obsesión por coger la mejor ola que le llevó a recorrer el mundo por los lugares más remotos durante las décadas de los 70 y 80. Un viaje no solo para alimentar su hambre de surfear sino una búsqueda de un yo, una razón, un sentido. Tras su viaje volvió a su país, Estado Unidos, y se convirtió en escritor y corresponsal de guerra. Esta aventura vital le valió el premio Pulitzer en 2016.
El hombre más feliz del
mundo de Eddie Jaku
Eddie, alemán y judío, pasó
siete años en los campos de concentración nazis. Gracias a su formación como
ingeniero —y tal vez a la suerte— pudo salvar la vida, pero perdió a su familia
y seres queridos, y vivió en primera persona horrores antihumanos. Es uno de
los pocos supervivientes del holocausto que aún quedan vivos. Tras eso
consiguió emigrar a Australia donde continúa viviendo. Con este libro quiere
dar a conocer que siempre hay un resquicio de luz al que agarrarse cuando todo
parece perdido. De que no hay que tirar la toalla porque todo puede cambiar. Él
encontró eso que le hizo no dejarse llevar, y mantuvo el hilo de la esperanza. Está
en la línea de El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, pero sin llegar a
ser tan inspirador.
Nacidos para correr de
Christoph McDougall
Más allá de ser un libro sobre unos corredores extraordinarios, es una historia fascinante. Los Tarahumara son una tribu de las Barrancas de Cobre en Méjico. Su resistencia y aguante están fuera lo normal. Pueden correr cientos de kilómetros sin descanso y sin apenas lesiones. ¿Cómo puede ser eso posible? Este periodista y corredor aficionado fue en busca de ellos para conocer cómo lo hacen y sobre todo para poder aprender de ellos. Un relato trepidante que hará que quieras calzarte unas zapatillas —o unos huaraches, que son las alpargatas de cuero con las que esta tribu corre— y salir corriendo.
Espero que disfrutes leyéndolos tanto como lo he hecho yo.