Dicen que educar a un hijo es difícil pero creo que educar a un adulto lo es todavía más. Cada fin de semana, hay miles de niños que pasan su mañana de sábado jugando, haciendo deporte, disfrutando de un hábito que debería perdurar para siempre, tan sano física y mentalmente que habría que hacerlo obligatorio.
A su vez, detrás de cada niño hay un padre que lo acompaña, lo apoya, lo anima y se divierte con él, con lo que hace. Así debería ser, pero lamentablemente no es oro todo lo que reluce.
Lo he vivido como jugador, como entrenador y como espectador. A algunos padres habría que decirles bien alto que "Tu hijo no es Messi, ni lo va a ser nunca". Sobre todo si hablamos de fútbol.
Sr. Padre, te tienes que dar cuenta de que:
Tu hijo está aprendiendo a trabajar en equipo, no a ser el mejor, no lo necesita.
Tu hijo está aprendiendo a ser disciplinado, por eso hay un entrenador y no, tú no sabes más que el entrenador. No contradigas sus órdenes y le des a tu hijo otras diferentes porque tu sabes más que nadie de esto. Estarás creando un conflicto interior a tu hijo sobre a quién tiene que hacer caso y además, estarás faltando al respeto al profesional que en la mayoría de los casos lo hace por pasión.
No le grites, anímalo.
Tu hijo está desarrollando la capacidad de relacionarse socialmente con otros compañeros, no está compitiendo por ganar un campeonato del mundo.
Tu hijo está aprendiendo a respetar y a hacerse respetar. Tus insultos al árbitro no ayudan mucho, ¿no crees? ¿Qué sentido tiene insultar a un árbitro de niños de 8 y 9 años porque se ha equivocado? Él también está aprendiendo. ¿Qué ejemplo le estás dando a tu hijo?
Tu hijo está jugando. Cuando te cabreas con él por hacerlo mal no estás ayudando a que mejore, a que crezca. Lo hará mal, ¡claro! está aprendiendo.
Me he encontrado infinidad de veces con padres (madres no, todo hay que decirlo) que parece que están en La Romareda viendo al Real Zaragoza jugar la Champions Leage cuando están jugando sus hijos de 8 y 9 años. Me quedo atónito viendo como chillan y sueltan todas sus frustraciones contra su propio hijo. Creen que su hijo debe, si o si, llegar a ser el mejor y jugar en primera división. ¡Si sólo tiene 8 años! Déjalo disfrutar. Si tiene posibilidades se verá más adelante, no ahora.
Lo he vivido como jugador, como entrenador y como espectador. A algunos padres habría que decirles bien alto que "Tu hijo no es Messi, ni lo va a ser nunca". Sobre todo si hablamos de fútbol.
Sr. Padre, te tienes que dar cuenta de que:
Tu hijo está aprendiendo a trabajar en equipo, no a ser el mejor, no lo necesita.
Tu hijo está aprendiendo a ser disciplinado, por eso hay un entrenador y no, tú no sabes más que el entrenador. No contradigas sus órdenes y le des a tu hijo otras diferentes porque tu sabes más que nadie de esto. Estarás creando un conflicto interior a tu hijo sobre a quién tiene que hacer caso y además, estarás faltando al respeto al profesional que en la mayoría de los casos lo hace por pasión.
No le grites, anímalo.
Tu hijo está desarrollando la capacidad de relacionarse socialmente con otros compañeros, no está compitiendo por ganar un campeonato del mundo.
Tu hijo está aprendiendo a respetar y a hacerse respetar. Tus insultos al árbitro no ayudan mucho, ¿no crees? ¿Qué sentido tiene insultar a un árbitro de niños de 8 y 9 años porque se ha equivocado? Él también está aprendiendo. ¿Qué ejemplo le estás dando a tu hijo?
Tu hijo está jugando. Cuando te cabreas con él por hacerlo mal no estás ayudando a que mejore, a que crezca. Lo hará mal, ¡claro! está aprendiendo.
Me he encontrado infinidad de veces con padres (madres no, todo hay que decirlo) que parece que están en La Romareda viendo al Real Zaragoza jugar la Champions Leage cuando están jugando sus hijos de 8 y 9 años. Me quedo atónito viendo como chillan y sueltan todas sus frustraciones contra su propio hijo. Creen que su hijo debe, si o si, llegar a ser el mejor y jugar en primera división. ¡Si sólo tiene 8 años! Déjalo disfrutar. Si tiene posibilidades se verá más adelante, no ahora.
Educar eficazmente significa ayudarles a encontrar el camino más sencillo y eficiente para realizar las cosas de la manera correcta para obtener los mejores resultados y a tomar decisiones en las diferentes situaciones que se les plantearán durante su vida.
Significa ayudarles en el camino de buscar soluciones a los problemas para asegurar un aprendizaje continuo. Es enseñarles a aprender del fallo y hacerles saber que el fallo es necesario para poder mejorar. Cuando se den cuenta de todo esto ya se habrán diferenciado y habrán crecido con los valores de esfuerzo y compañerismo.
Habrás creado inconscientemente en él unos valores que le harán diferenciarse del resto. Habrás conseguido tu objetivo, le habrás ayudado en su camino y mientras tanto habrás disfrutado de una mañana de deporte junto a tu hijo.
Ahora piensa, ¿qué le preguntas a tu hijo después del partido?
Un abrazo.
Carlos.
Significa ayudarles en el camino de buscar soluciones a los problemas para asegurar un aprendizaje continuo. Es enseñarles a aprender del fallo y hacerles saber que el fallo es necesario para poder mejorar. Cuando se den cuenta de todo esto ya se habrán diferenciado y habrán crecido con los valores de esfuerzo y compañerismo.
Habrás creado inconscientemente en él unos valores que le harán diferenciarse del resto. Habrás conseguido tu objetivo, le habrás ayudado en su camino y mientras tanto habrás disfrutado de una mañana de deporte junto a tu hijo.
Ahora piensa, ¿qué le preguntas a tu hijo después del partido?
Un abrazo.
Carlos.