Las crisis llegan y seguirán llegando. Son parte de nosotros. Son, incluso, necesarias. Aprender a levantarnos en esos determinados momentos de una manera efectiva es un recurso que no está a la mano de cualquiera pero todos podemos lograrlo. Sólo tienes que saber cómo.
Es casi inevitable que en ciertos momentos perdamos la motivación que nos impulsa a movernos hacia un objetivo, hacia una meta determinada. Forma parte de nuestro ADN y mantener el ritmo constante de energía, ganas, ilusión por aquello que deseas resulta a veces muy difícil por las determinadas circunstancias que vivimos. Esa pérdida de motivación puede llegar por diferentes causas y a veces, sin avisar.
En estos casos, identificar que estás sufriendo una desmotivación es lo primero que debes aprender. Saber cómo te sientes y aceptar que es algo normal y que te ocurrirá incluso ante retos personales o laborales para los cuales tienes mucha ilusión. Las causas de esa baja motivación pueden ser muy diversas, es importante que las determines, pero lo más importante es que tengas recursos para volver a levantarte. No juzgues, para y piensa. Permítete sentir lo que sientes, analízalo. Puede que una época de falta de descanso te lleve a ese estado o quizá el objetivo no era el correcto. Puede que tus expectativas no fueran las adecuadas o sólo ha sido esta semana la que no ha ido bien. No debes tirar la toalla.
Esa motivación sigue estando allí, sólo tienes que ser capaz de volver a despertarla.
Escucha música que te ponga las pilas
A veces solo necesitamos un empujón y la música es el mejor cargador de pilas humanas que conozco. Pon la música a tope, canta y baila, verás cómo cambia tu forma de ver las cosas. No encuentro mejor cosa que la música como herramienta motivadora.
Haz cosas diferentes
Si llevas tiempo haciendo lo mismo para conseguir ese objetivo, cambia. La rutina puede llegar a ser altamente desmotivante. Nuestro cerebro necesita nuevos estímulos para mantenerse alerta y en forma. Si estás entrenando para un reto deportivo y estás llevando un plan de entrenamiento que es muy rutinario y apenas tiene diferencias entre unos días y otros, cambia cosas para hacerlo más ameno, por ejemplo, sustituye esos entrenos por otros de otro deporte que sean equivalentes o sal a entrenar en otros lugares diferentes a los habituales. Cambiar el sitio, la forma, el camino, de vez en cuando, para recuperar la senda correcta, puede llegar a ser muy estimulante.
Establece pequeños retos de camino al objetivo
Quizá la desmotivación viene porque el objetivo es demasiado grande o está lejano. O quizá el problema es que no hay un objetivo. Marcar pequeños retos superables hace que la recompensa por haberlos conseguido haga que se incrementen tus niveles de satisfacción y por tanto tu motivación. Ve monitorizando tus progresos e irás viendo cómo vas consiguiendo cosas cada vez más grandes de cara a ese objetivo final.
¿Estás desmotivado en el trabajo? Después de preguntarte por qué, encuentra un pequeño objetivo que superar y ve a por él, Haz de tu rutina una motivación constante.
Visualiza el final
Cierra los ojos y visualiza el objetivo final. Visualiza el motivo por el que empezaste o porque estas aquí, tu propósito de vida o tus expectativas laborales. Con el objetivo en mente reorganizarás tus ideas y volverás a la senda de ilusión y ganas por hacer cosas para consegurlo. Lo lograrás, estoy seguro. Todos podemos lograrlo.
Despeja la mente
Quizá el problema sea que tienes demasiadas cosas en la cabeza. La saturación mental puede hacernos que no veamos el camino correcto y hacer que nos desviemos de nuestro propósito. Tener tu trabajo y tu vida bien organizados, las tareas y proyectos claros nos ayudará a no abrumar a nuestro cerebro con demasiada información. Siguiendo una de la premisas de GTD, la mente no está para guardar las ideas, es decir, todo lo que tengamos que recordar hay que ponerlo en el lugar adecuado donde sepamos que vamos a revisarlo en los momentos precisos para no tener que depender de nuestra memoria para recordarlo y así, dejar espacio libre en nuestra cabeza.
Sal al exterior, habitúate a pasear, cambia de actividad, toma unos días de desconexión real, es decir, ni teléfono, ni televisión, ni trabajo. Hay decenas de cosas que puedes hacer para hacer hueco de nuevo a las buenas ideas.
La mente esta para tener ideas, no para guardarlas. (David Allen)
No te pares, continua
La meta sigue estando allí. Uno de los secretos es continuar hacia ella a pesar de las dificultades. No te dejes llevar por el pesimismo. El objetivo lo tienes claro, el camino a veces resulta complicado, nunca mires atrás, siempre hacia adelante. En cuanto recuperes tu mejor versión verás que a pesar de todo has podido avanzar y eso te generará todavía más fuerza interior.
Gente motivadora
Escuchar una conferencia de alguien que sepa transmitir esa motivación que hemos perdido o dejado de lado es un recurso que utilizo mucho. Es muy efectivo, te traslada a la acción y te genera un estado de euforia que es el resorte que te catapulta de nuevo hacia el camino correcto. Un vídeo en YouTube de alguien que te inspira, una charla en TED de algún experto, un familiar o amigo al que admiras o un fragmento de ese libro que tanto te ha hecho pensar. Incluso mirar a tu hijo como juega sin más por diversión, y sentir su fuerza, ver que siempre está dispuesto a correr y jugar. Eso motiva y mucho.
Todo volverá a su cauce pero tienes que moverte para conseguirlo. Tu y yo somos iguales, yo consigo hacerlo y tu también. Busca tus herramientas. Busca lo que te hace vibrar, lo que te apasiona, lo que te divierte y hazlo, hazlo mucho. Incluye la rutina de automotivación en tu estilo de vida, los momentos de baja energía serán menos y cuando lleguen estarás esperándolos con los brazos abiertos porque te darán la oportunidad de mostrarles qué es lo que sabes hacer y disfrutarás con el proceso, forma parte de ti.
¿Quieres motivación?
Un abrazo.
Carlos.
Foto: Genis Pieterse