Reflexiones Post-Vacacionales

"Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir". -Carl Honoré en El elogio de la lentitud

Comienza el nuevo curso. Han sido unas vacaciones merecidas y reflexivas. Han pasado volando (como siempre) pero en las que he podido poner en claro que es lo que quiero que acontezca en los próximos meses. Y tres palabras han surgido por encima de todo: Descanso, presente y Slow.


Tal y como os conté en este artículo, antes de comenzar mis vacaciones, mis objetivos, después de un año bastante productivo, eran: parar, reflexionar y centrarme más en mí, en el presente y en el estilo de vida que estoy diseñando. Aparcar proyectos, dejar descansar mi cabeza de ideas y de planes a futuro es la opción que considero que en este momento es la más adecuada. Además, el tiempo disponible es limitado y hay que utilizarlo en las casas más importantes en cada momento.

Porque los periodos de reflexión son necesarios para ordenar ideas y lograr equilibrar de nuevo tu cuerpo y mente y de esta manera, recargarte de energía para poder lograr un mayor desarrollo personal y mejorar tu estilo de vida.

Descanso

No solo quiero centrarme en descansar bien en intentar dormir lo mejor posible y tener unas pautas de descanso adecuadas como vengo haciendo hasta ahora, sino que quiero incrementarlas y mejorarlas. Es decir descansar más y mejor. Y solo se puede hacer si tienes los mínimos compromisos y cosas que atender.

Por esto, y tras darle muchas vueltas, algo común en mí, he decidido que voy a romper, antes de empezar, el compromiso que hice conmigo y contigo, de continuar regalándote un artículo semanal. Prefiero romperlo antes de empezar que empezar la nueva temporada escribiendo de manera obligada y sin un objetivo claro.

No ha sido fácil mantener el ritmo de un artículo a la semana durante tantos meses. Además de la publicación de un ebook (te lo regalo solo por suscribirte a las newsletter) y aunque estoy orgulloso de ello y esta obligación auto-impuesta es lo que me ha ayudado a no dejar de escribir, creo que para poder descansar adecuadamente y centrarme por unos meses en mí, es necesario que haga un parón en las publicaciones.

Ha sido una temporada de mucho leer, mucho aprender y poner en práctica hábitos para mejorar mi productividad, eficiencia y bienestar. Y la saturación y falta de claridad de ideas era evidente. Ahora es el momento de dejar reposar y consolidar lo aprendido.

Dejaré descansar el blog, ya que eso supone estar permanentemente adquiriendo y renovando conocimientos y aplicando nuevas formas de mantener el estilo de vida y de trabajo productivo y de alto rendimiento que deseo para poder trasladarlo aquí. Así como estar permanentemente decidiendo contenidos y temas sobre los que escribir y eso precisamente es lo que quiero pausar para que repose y descanse.

De hecho, esto también significa descubrir nuevos hábitos para un alto rendimiento personal. El descanso y la renovación se descubren como algo fundamental para encontrar tu mejor versión.

No es un adiós porque he descubierto gracias a este espacio, que escribir y compartir mis conocimientos y mis reflexiones es algo que me apasiona y me sirve para aclarar conceptos y fijar otros.

También lo utilizo como vía de escape cuando mi cabeza está alborotada. 

Es un hasta luego.


Noto que descansar es lo que necesito, descanso mental sobre todo. Reducir el volumen de información a lo necesario para desarrollar mi trabajo con eficacia y vivir el presente con la máxima plenitud sin más objetivos ni proyectos que éstos: relajación, diversión y descanso.

Presente

El ser consciente del presente sin mirar al futuro es algo a lo que no estamos acostumbrados. Estamos constantemente haciendo planes. Pensamos en la vacaciones del año siguiente antes de casi terminar las de este año. Planeamos que vamos a hacer dentro de tres, cuatro o cinco meses.

Está bien tener objetivos, son necesarios, pero también debes ser consciente de que para ser una persona equilibrada (y productiva) debes aprender a vivir ahora sin pensar en más allá. De allí que, aunque tengas algún objetivo personal ya sea un curso, un maratón o escribir un libro, no dejes de centrarte en tu presente diario durante el máximo tiempo posible.

No es fácil, lo sé. Los proyectos y las millones de posibilidades de hacer cosas nuevas nos rondan continuamente. Aprender, vivir nuevas experiencias, proyectos e ideas me desbordan pero si soy capaz de aparcar por un tiempo esas necesidades, mi cuerpo y mi mente lo agradecerán.

Me centraré en la profundización en técnicas como mindfulness para ayudar e impulsar este periodo de desconexión y me ayudará a centrarme en lo importante para mí ahora.

Slow


Este periodo de reflexión y re-equilibrio personal forma parte de mi objetivo de encontrar la mejor manera de vivir, buscando el mayor bienestar y rendimiento personales. Me he dado cuenta de que permanecer un tiempo sin otras cosas en la cabeza más que vivir cada día disfrutando al máximo del presente, es algo que no he hecho nunca y en este mundo de aceleración y ruido constantes es algo que pasamos por alto tan a menudo que nos sentimos incómodos en el momento que intentamos parar esa vorágine de pensamientos.

No dejamos de hacer cosas y las queremos lo más rápido posible. A nuestros hijos los machacamos con decenas de actividades a la semana: el inglés, el entrenamiento, los deberes y las clases de piano, por poner unos ejemplos. Nosotros pecamos de lo mismo, no disfrutamos de la lentitud como estilo de vida. El estrés está tan instaurado en la sociedad que se ve como algo normal y al que no corre se le toma como vago o perezoso.

No se trata de hacerlo todo de manera lenta y parsimoniosa sino de encontrar la velocidad adecuada para cada actividad. Comemos en quince minutos mientras consultamos el correo electrónico y hablamos por teléfono al mismo tiempo. Andamos deprisa a todas partes sin necesidad. Conducimos al trabajo de manera apresurada cuando conducir de una manera pausada nos proporcionaría el grado de relajación y serenidad necesario para afrontar el día con alegría y energía.

Nos levantamos y rápidamente, tomamos un café saliendo por la puerta sin siquiera pararnos a saborearlo. Trabajamos en tres tareas a la vez saltando de una a otra y a su vez estamos atentos al correo electrónico que acaba de llegar y que rápidamente abrimos para ver que fuego toca apagar ahora.

Esto no es sano ni una manera eficiente de vivir.

Como éstos, hay muchos ejemplos de una vida y un trabajo apresurados que como tantas otras cosas, combinando una serie de hábitos adquiridos de manera errónea y arraigados durante tantos años nos hacen zambullirnos en un mar de estrés, rapidez y oscuridad mentales que no dejan ver ni sentir lo que por naturaleza deberíamos.

Hace tiempo que empecé a desaprender lo erróneamente aprendido y a diseñar el estilo de vida que me hiciera no sobrepasar esa velocidad de crucero.

Durante este tiempo de reflexión me centraré en vivir Slow lo mejor posible. Creo que me dará las bases necesarias para continuar por el buen camino y obtendré muchos aprendizajes sin duda.

¿De dónde viene Slow? La corriente de estilo de vida Slow surge como reivindicación a la rapidez con la que se vive en el mundo occidental actual y como respuesta a este tipo de vida tan ajetreada. Uno de sus principios es el del control del tiempo evitando que éste nos controle a nosotros. 

Es consecuencia de la primera asociación que fundo Carlo Prettini, Slow Foodcomo protesta de la apertura de un McDonalds en la Piazza di Spagna de Roma. No dejes de leer el best seller de Carl Honoré, El elogio de la lentitud, donde expone magistralmente los principios de este movimiento tan necesario.

No va a ser fácil desacelerar, lo sé porque me conozco muy bien y sin darme cuenta estoy maquinando proyectos personales o de desarrollo pero por una vez, me lo tomaré como un desafío para obtener un aprendizaje superior y creo que será un periodo altamente satisfactorio a nivel interno.

Es un momento en el que puedo permitirme hacerlo. Centrarme en mí, en mi familia y en mi trabajo sin otro objetivo que llenar cada segundo con el mayor disfrute posible.

He dedicado muchas horas a lo largo de estos últimos casi dos años a escribir y pensar sobre productividad y desarrollo personal. Todo esto tengo que ordenarlo y para ello lo mejor es, como digo, que repose para volver con más y mejores ideas.

No sé si serán semanas o meses pero si permanecéis aquí, os prometo que volveré con aires renovados y ganas de seguir escribiendo para poder entre todos mejorar nuestra forma de vivir y trabajar.

Un fuerte abrazo.
Carlos.