Acepta la responsabilidad de hacer de tus sueños una realidad (Len Brown).
Correr un maratón es, desde hace tiempo, un deseo que al fin voy a poder cumplir. No se qué ocurrirá, si lograré completarlo o no –aunque estoy muy confiado en que así será–, qué sensaciones tendré, si el ritmo será el correcto, es decir, las típicas dudas de un principiante en esa distancia. Dudas que asaltan al afrontar retos de gran importancia y a los que no estás acostumbrado.
En estos casos el nivel de tensión va creciendo los días anteriores y la incertidumbre asalta la mente y puede hacer que la inseguridad y el miedo nos aceche. No te preocupes más de lo necesario, a todos nos pasa.
LAS ESTRATEGIAS
Por ello para afrontar un reto de este tipo ya sea deportivo, personal o laboral hay que trabajar en diferentes aspectos. Yo uso estas estrategias –o por lo menos lo intento– para poder llegar más confiado y con menos estrés al reto.
1. Se consciente de por qué lo haces. Si has llegado al principio y te has esforzado en llegar a ese punto es porque lo deseas realmente. Que sea algo que interiormente te llene, no para llenar post en Facebook.
2. Qué representa para ti. Un nuevo reto en tu vida siempre representa algo; un hijo, una oportunidad laboral, un cambio. Esto siempre representa dejar atrás viejas formas de vivir y de actuar. Mirar que va a representar ese cambio y afrontarlo. Ese reto será una motivación que te hará seguir hacia adelante.
3. Darle la importancia justa al hecho de conseguirlo o no. Conseguir un reto no es más que el culmen de que has trabajado y te has esforzado en algo. Pero es solo una pequeñísima parte. No te voy a hablar de éxito o fracaso. En ningún caso habrás fracasado. Aunque algo no fuera bien y tu objetivo no llegara a materializarse, ¿sabes qué? solo representará una pequeñísima parte del camino recorrido. Y además, ¿por qué no lo vas a conseguir? Te has preparado, lo deseas de verdad y además es algo motivador. Claro que lo vas a lograr.
Has planificado, entrenado, estudiado; te has preparado física y/o mentalmente, has tenido el valor de lanzarte a por él. Y al final por algún detalle no la has completado, vaya, qué pena. Vete a celebrarlo porque eres tan afortunado que vas a tener una segunda oportunidad o una tercera o las que quieras o puede que nunca lo consigas.
Ya eres feliz solo con poder estar allí. Lucha, trabaja, dalo todo por conseguirlo, pero con la certeza de que ya lo has hecho ya has triunfado. Olvídate de las medallas, de los títulos o del éxito, disfruta haciéndolo y no mires el resultado. A veces las cosas se consiguen y otras no. Y esto sigue siempre hasta que tú quieras.
4. No pensar en el reto las 24 horas del día. Es un error frecuente estar mentalmente todo el día pensando sobre ello, buscando respuestas y prediciendo que pasará. El pensamiento no va a hacer que el resultado cambie, solo la acción en el momento. Relájate los días previos, libera tu mente y no dejes que forme parte de todo tu día. Llegarás saturado o te saturarás en el proceso.
5. Trabajar la confianza en ti mismo con argumentos sólidos. Hay dos opciones, confiar en ti o no confiar en ti. La elección la tienes que hacer tú. Piensa porque tienes posibilidades de afrontarlo con garantías y piensa lo que puede que no salga bien. Pero aun así siempre el confiar en ti te va a dar un punto más que si no lo haces, quizá sea el punto que te separe de disfrutar el proceso a sufrirlo demasiado.
6. Hacerme amigo de la tensión. He aprendido que en los momentos de tensión no hay que luchar contra ella sino hacerme su amigo. Si luchas la acrecientas; entonces la acepto y me despreocupo (resulta difícil, no siempre lo consigo) pero en muchas ocasiones me vale para permanecer calmado y confiado.
7. Visualizar el resultado final deseado. Algo que recomiendan todos los psicólogos. La visualización es un arma poderosa. Entrenas a tu cerebro a que vaya a por ese resultado e inconscientemente te preparas para conseguirlo.
Haz que el reto no suponga una tensión desmedida, disfrútalo, vívelo. A veces hay retos que vienen de repente sin avisar, otros que elegimos nosotros, pero hay que afrontarlos de la mejor manera posible, con nuestra mejor actitud, con ganas. Si el estrés te aprieta, suéltalo, réstale importancia, en el fondo nada es tan importante.
Por último, disfruta de haberlo hecho, del camino, del proceso y de la consecución. Yo lo haré el domingo, pienso disfrutar, sufrir, cantar, bailar, estresarme un poco y cruzar la meta. Lo celebraré si o si; de esto estad seguros.