Resumen 2020

¡Ay! 2020...vaya añito nos has dado. En enero nos las prometíamos muy felices pero todo cambió. El 6 de marzo asistía a un concierto en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza con otras seis mil personas aproximadamente. Cantábamos y bailábamos ajenos a lo que iba a suceder durante los siguientes días.



Ya corrían noticias poco alentadoras desde otros países pero aquí, en España, lo tomábamos como algo lejano y en general la población no era consciente -por falta de información- de lo que se nos venía encima.

En mi trabajo ya estábamos preparando con varias semanas de antelación lo que más tarde ocurriría; la declaración del estado de alarma el 14 de marzo. A partir de ese momento todo cambió -quizá ya había cambiado antes; sobre todo en los hospitales, pero en ese instante nos dimos cuenta de que esto no era una broma. El SARs-2-Cov, el coronavirus responsable del COVID-19, había llegado para poner patas arriba el modo de vida de toda la humanidad tal y como lo conocíamos hasta ese momento.

El confinamiento comenzó y con ello el teletrabajo. Desde entonces, pocos días en la oficina y 141 teletrabajando, que con niños en casa ha sido un ejercicio de fortaleza mental, resiliencia y adaptación al cambio.

Durante este periodo de trabajo en cada he podido validar mi método de productividad personal y he concluido que funciona incluso mucho mejor en circunstancias adversas como la que hemos vivido. He podido comprobar lo que ya sabía, que se puede hacer más en menos tiempo y con menos estrés.

Esto ha hecho crecer esa semillita que estaba plantada desde hace mucho tiempo y me ha motivado con más fuerza a empezar -sin fecha definida- un proyecto personal que tengo aparcado pero que creo que debo comenzar. No quiero decir nada más. Y como siempre lo importante es lo más importante -la familia-, voy a ver cómo puedo dedicarle tiempo. Tengo muchas ganas de empezarlo. Si te quedas por aquí, pronto te contaré de que se trata. No sé si en un día, un mes o un año pero verá la luz, seguro.

Un año de muchos aprendizajes sobre todo un año ideal para parar y recapacitar donde estamos cada uno y a donde nos queremos dirigir. Un año para desacelerar tomar aire y poder apreciar lo que ya tenemos que es mucho más de lo que creemos.

No quiero dedicar el ultimo artículo del año a recordar lo malo que ha sido porque dejando a un lado todas las limitaciones y falta de interacciones sociales que hemos vivido, las personas que han perdido a seres queridos o sus empleos, los que hemos podido continuar con nuestra vida debemos reflexionar y darnos cuenta de lo afortunados que somos.

Por eso quiero poner en valor todo lo positivo que me ha dejado este 2020 y que es lo que me hará crecer.

No me puedo quejar de nada. He podido pasar prácticamente las 24 horas del día disfrutando de mis familia. Los que somos padres, poder pasar el mayor tiempo posible con los hijos es algo a lo que aspiramos -en la mayoría de los casos- e independientemente de la carga de estrés que esto conlleva, son días y meses ganados, viéndolos hora a hora y día a día crecer y aprender. Espero seguir tendiendo la oportunidad de poder pasar el máximo tiempo posible con ellos.

Afortunadamente trabajo en una compañía esencial y la actividad no se ha visto afectada por la pandemia. Además he contribuido de alguna manera a que todo siguiera funcionando a pesar de todo.

Es cierto que no puedo ni creo que deba quejarme mucho. Sí, 2020 ha venido cargado de momentos difíciles y estresantes a veces. La incertidumbre se ha apoderado de todos nosotros pero no es menos cierto que vivimos la gran mayoría en una sociedad muy acomodada. La experiencia del confinamiento no es agradable pero aun siendo algo fuera de lo normal no ha sido especialmente dura. 48 días encerrado con calefacción, televisión, un sitio cómodo para descansar, internet, en mi caso jardín con barbacoa y sitio para poder hacer ejercicio...., qué duro ¿no? Por eso debes ser consciente de lo que tienes y dejar las quejas a un lado.

Este 2020 me ha servido, como decía antes, para parar. Parar y reflexionar mucho. Sobre lo que tengo, lo que hago, lo que me gusta, lo que no, lo que quiero hacer y lo que no. Lo que  soy y lo que quiero ser.

Me ha servido para encontrar un poco de calma para rearmar mi mente y dejarla descansar. Me ha servido de motivación interna para afrontar nuevos retos y continuar con los actuales.

Por otra parte he mantenido algunos de mis hábitos de alto rendimiento que me hacen sentirme cada día mejor, como el deporte; sobre todo correr. He sido más consciente de lo que debo cambiar o mejorar y de lo que debo eliminar para ser y sentirme cada día mejor y con más energía. ¡Hasta he corrido una media maratón en mi jardín! durante el confinamiento.

Siempre se pueden sacar cosas positivas de cada situación, siempre. Ese es el secreto del éxito. Mi secreto.

He retomado el blog ilusión de seguir compartiendo mis reflexiones, filosofía y aprendizajes. Lo tenía abandonado desde hace más de un año. He podido escribir algo pero sobre todo he escrito para mi.

Este es mi resumen de 2020:

217 días de trabajo.
141 días teletrabajando.
48 días confinado.
2 medias maratones (una en confinamiento, otra virtual).
1029 km corridos en 91 horas.
907 kilómetros en bici.
18 horas de rodillo en confinamiento.
5 artículos publicados en el blog.
1 PCR.

Este ha sido mi año. Trabajaré para que el próximo sea mejor. Deseo que tú también lo hagas.
Un fuerte abrazo. Carlos.