¿El estrés te está haciendo enfermar?

El tiempo para relajarte es cuando no tienes tiempo para ello (Jim Goodwin y Sydney J. Harris).

Ya sabemos que vivir con un alto grado de tensión puede llegar a generar problemas de salud. Si estás constantemente enfermo, tienes frecuentes dolores de cabeza u otros problemas que no son achacables a ninguna otra enfermedad, puede que el cuerpo te esté dando avisos de que tienes que cambiar algo.



Llegas a casa después de un día de trabajo y estás agotado. Tan cansado como si hubieses corrido dos maratones seguidos. Duermes por la noche, no sin dificultad, y te levantas con la sensación de que no has descansado. Así día tras día. Algo no va bien. Algo estás haciendo mal.

Además enfermas con facilidad y tienes frecuentes dolores de cabeza o de espalda. Tienes que cambiar. Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística de 2015, el 59 % de los trabajadores españoles sufre de estrés. Es un dato realmente estremecedor. ¿Cómo es posible que tanta gente viva con esa tensión permanente?

Lamentablemente no le prestamos la atención que merece y este estado de agotamiento mental hace que el rendimiento laboral y personal decaiga. Esto es más común de lo que creemos.

Por una vez, para y analiza que te ocurre. Seguramente concluirás que tienes que cambiar algo pero no sabes el qué. Puedes creer que no puedes ya que tus horarios, tu hijos o tus responsabilidades no te dejen dormir o que se yo, hay, incluso, gente que piensa que su estrés es culpa del gobierno o de su vecino o del Real Zaragoza que no sube a primera aunque jueguen solos.

Deja de engañarte. Recuperar la energía y el equilibrio perdido depende única y exclusivamente de ti. Hasta que no tengas este concepto claro e interiorizado no estarás disposición de poder revertir la situación. Deja de culpar al de al lado. Cambia tu percepción y estarás preparado para poder recuperar tus ganas de hacer cosas y de hacerlas bien.


Si sigues haciendo lo mismo de siempre obtendrás los mismos resultados que siempre. 

Descubrirás que cambiar una serie de hábitos revertirá en una mejora sustancial de tu nivel de vida y te proporcionará la motivación necesaria para continuar. Cambiando unos cuantos hábitos verás como tu calidad de vida, bienestar y felicidad aumentan.

Por dónde empezar

Todo el mundo queremos sentirnos bien en cada momento. Es un objetivo vital común pero no todo el mundo sabe como hacerlo de manera correcta. Comienza haciendo una repaso general de como vives y cómo trabajas: 

¿Comes adecuadamente? ¿Descansas lo suficiente? ¿Haces ejercicio? ¿Sabes como organizar tus tareas adecuadamente? ¿Tienes el control de tus proyectos? ¿Sabes delegar de manera apropiada? ¿Conoces la manera de sacar todo de tu cabeza y ponerlo en los lugares adecuados para no tener que estar pensando en ello continuamente? ¿Tus expectativas son demasiado altas o bajas? ¿Piensas primero en tu propio bienestar? ¿Sabes como relajarte? ¿Has aprendido alguna técnica que aumente tu concentración? ¿Haces o vives como tu quieres o como quieren los demás?

Hazte las preguntas adecuadas y conseguirás las respuestas. Si empiezas a cambiar, descubrirás un mundo nuevo, con más posibilidades. Esto son solo más que palabras y el papel lo aguanta todo; así que la única manera que tienes de conseguirlo es poniéndote en marcha.

La resignación denota falta de motivación y el "esto no se puede cambiar" es para la gente que no tiene ganas de cambiar, no tiene ganas de generar nuevos recursos y no tiene ganas de experimentar un alto rendimiento personal después de adoptar una serie de nuevos hábitos. Es mucho más fácil de lo que crees.

Gran parte del estrés actual proviene de nuestro trabajo. La falta de organización personal es un factor detonante de los altos niveles de estrés. Muchos frentes abiertos sin control, trabajar de manera errónea atendiendo solo urgencias y tareas sin ningún valor añadido, una falta de eficacia personal que hace que se necesiten más horas de trabajo sin sentido para obtener algún resultado visible. Todo eso es algo que puedes remediar poniendo todo tu esfuerzo en ser una persona más eficiente con un desempeño superior no solo en tu trabajo sino en tu vida en general.

Mirar hacia uno mismo

No miramos más allá de las responsabilidades laborales o personales y dejamos a un lado las responsabilidades con nosotros mismos. Ser egoísta es necesario. Cuando tu te quieres a ti mismo eres capaz de relacionarte mejor con los demás.

Aquí tienes una lista de los aspectos que a los que tienes que poner atención para volver a recuperar el equilibrio:

Por cada aspecto que trabajes estarás dando un paso hacia una mejora en tu rendimiento personal y en tu reducción de estrés; además, aumentarás tus niveles de bienestar. Sentirse mejor es cuestión de trabajo propio. Es intenso pero reconfortante. Si quieres resultados rápidos no los encontrarás, huye. Es tu propio camino.

Un abrazo.
Carlos.